La terminal de carga del aeropuerto de Santiago cerró 2012 arrojando datos de crecimiento

La terminal de carga del aeropuerto de Santiago de Compostela cerró 2012 con un crecimiento en su volumen de trabajo. Un crecimiento mínimo, de tan solo un 1,6% con respecto al 2011 pero que es un pequeño “brote verde” en medio de la difícil situación económica que atraviesa todo el país. De las 38 terminales de carga que en 2012 registraron actividad, únicamente seis han cerrado el año con datos positivos o de crecimiento: Gerona, Zaragoza, San Sebastián, Santander, Santiago de Compostela y Valencia.

El transporte de carga por vía aérea va ligada de forma directa a la actividad económica de una ciudad o región y es ahí donde este incremento de actividad y kilogramos transportados por aire vienen a ser un dato positivo para la economía de toda la región. La terminal de carga de Lavacolla cerró 2012 contabilizando un total de 1.815.840 kilogramos, el mayor volumen de mercancías transportadas por vía aérea en toda Galicia dicho año. Los principales destinos de envío/recepción de carga fueron Vitoria, Madrid, Barcelona, Caracas, Palma de Mallorca y las Islas Canarias.

Hay que remontarse al 2007 para poder encontrarse con un incremento del volumen de mercancías en la terminal de carga compostelana (año en que crecía un 6,3%) ya que su actividad fue en caída libre desde el año 2001. Fue precisamente en 2000 cuando registró sus mayores picos de trabajo con un total de 6.733.877 kilogramos tratados y transportados por vía aérea y desde entonces su actividad se fue mermando año tras año. Una caída que se hizo más notable todavía con la llegada de las denominadas aerolíneas de bajo coste que al no transportar carga en las bodegas de sus aviones, provocaron registros negativos de doble cifra en las estadísticas de la terminal de carga compostelana.

Con el cierre del 2012 y el saldo positivo de su crecimiento se abre una puerta a la esperanza para remontar los números económicos pero con los pies en la tierra y es que hay mucho trabajo por hacer para conseguir recuperar aunque solo sea la mitad de terreno perdido en la actividad de carga aérea.