A última hora de ayer, miércoles, se daba en el aeropuerto de Santiago de Compostela una de esas situaciones desagradables que esporádicamente suceden en los aeropuertos y que obligó a intervenir a la Guardia Civil. Si, se trata de un pasajero ebrio que comenzó a elevar la voz en mitad del embarque y a proferir insultos hacia uno de los miembros que conformaban la tripulación del vuelo.
Numerosos usuarios clamaban para que este pasajero fuese invitado a salir del aparato ya que su actitud no era acorde a la de un vuelo seguro. El susodicho profería insultos contra la tripulación e invitaba a consumir sustancias estupefacientes a los pasajeros del vuelo.
Pese a las indicaciones de la tripulación del vuelo FR5318 de Ryanair con destino Madrid, el pasajero mantenía su actitud y obligó a que el comandante al frente del vuelo saliese de la cabina de mando para comprobar qué era lo que ocurría. Tras un breve diálogo, el comandante invitó amablemente al pasajero a bajar de la aeronave, algo a lo que éste se negó.
Las fuerzas del orden fueron requeridas dentro de la cabina del Boeing 737-800 de la compañía para desalojar al pasajero – del cual no han trascendido más datos – y poder continuar con el embarque del vuelo. Una vez evacuado del interior del aparato, se procedió a finalizar el embarque para posteriormente despegar rumbo a Madrid.
Los ánimos entre el pasaje ya estaban caldeados durante la tarde noche de ayer debido al constante cambio de puertas de embarque del vuelo – motivado por el mal tiempo y que obligaba a todas las aerolíneas a utilizar finger – y cuando finalmente embarcaron en su vuelo, se encontraron con la desagradable sorpresa.
El pasajero del vuelo SCQ – MAD no fue bajado del mismo por elevar la voz en un simple estado de embriaguez. Desde su subida al avión, comenzó a insultar reiteradas veces sin motivo aparente a uno de los tripulantes. No contento con eso, y tras varias advertencias, comenzó a molestar al resto de pasajeros y a exhibir una conducta claramente desadaptada ( él mismo alardeaba de haber consumido cocaina y la ofrecía a voces a tripulación y pasajeros). Hartos de los insultos y tras varios avisos ( la actuación de la tripulación fue impecable) y viendo que el comportamiento del pasajero podría comprometer la seguridad del vuelo,se decidió bajar al pasajero y la guardia civil fue requerida por la negativa del mismo a abandonar la cabina.
El peor momento fue cuando unos 4 o 5 pasajeros se quejaron porque según ellos el pasajero conflictivo no había hecho nada, juzgando la actuación de la tripulación sin haber presenciado siquiera el bochornoso espectáculo que se vivió en la parte trasera de la cabina. Una de las pasajeras incluso viajaba con niñas, y por lo visto estaba muy cómoda con la presencia de un señor completamente drogado ofreciendo cocaína a voces en el mismo avión donde volaban las niñas.
Bravo por la actuación de la tripulación y de la guardia cívil. El resto una vergüenza